INGREDIENTES:
1,5 – 2 kg de buenos mejillones gallegos, estos eran de Boiro1 pimiento rojo
2 cebollas tiernas
1/2 vaso de vino blanco (Albariño)
1/2 vaso de aceite de oliva virgen extra (yo para esta receta uso la variedad Arbequina)
1/2 vaso de vinagre balsámico blanco o de manzana
3/4 vaso de agua
1 cucharada sopera colmada de pimentón dulce de la Vera
1/4 de cucharadita de pimentón picante de la Vera
1 cucharadita de postre de harina de trigo
sal al gusto
1/2 vaso de vino blanco (Albariño), este es para abrir los mejillones y se podría sustituir por agua.
PREPARACIÓN:
Lavamos los mejillones bajo un chorro de agua fría retirando las barbas y cualquier resto que puedan tener. Cuanto más grandotes sean los mejillones, antes acabaremos. Aprovechamos para desechar aquellos que tengan la cáscara rota.Ponemos una cacerola grande de fondo grueso al fuego (12/12) y cuando veamos que coge calor echamos los mejillones (con un poco de delicadeza, que no queremos que se rompan!) y los regamos con medio vaso de vino blanco o de agua. Se formará un vaporque irá abriendo los mejillones. Una vez abiertos, los pasamos a un colador o escurridor grande y los reservamos. El caldo de cocción colado podéis guardarlo o congelarlo para utilizarlo en otra preparación, como un arroz o un guiso marinero.
Picamos las cebollas y el pimiento en cubitos. En una sartén ponemos a calentar elmedio vaso de aceite de oliva a fuego (10/12) y sofreímos las cebollas y el pimiento con un poco de sal durante un par de minutos. Bajamos el fuego a (5/12) y las dejamos pochar hasta que estén casi tiernas. Serán unos 10-12 minutos.
Mientras tanto, aprovechamos para retirar la cáscara de los mejillones. Si alguno no se ha abierto, lo desechamos.
Cuando el sofrito esté listo, añadimos la harina y los pimentones, damos unas vueltas para que se integren bien y añadimos el otro medio vaso de vino blanco y el vinagre. Subimos el fuego al máximo y cuando empiece a hervir lo dejamos unos 5 minutos para que se reduzca el alcohol.
Finalmente, añadimos el agua con una pizca de sal, esperamos a que recupere el hervor, bajamos el fuego a 4/12, lo justo para mantener un hervor ligero y lo dejamos 5 minutos más.
Añadimos los mejillones sin cáscara, mezclamos bien y lo pasamos todo a una fuente, preferiblemente de vidrio o cerámica. Dejamos enfriar y guardamos en la nevera tapados con papel film hasta el momento de consumir.
A la hora de servir, una vez fríos, rectificamos de sal si fuese necesario. Lo hacemos en este momento, porque es cuando ya se han asentado los sabores . Hacerlo en caliente nos podría jugar una mala pasada.
NOTA:
El picante al gusto de cada uno.
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